viernes, 29 de marzo de 2013

PUBLICIDAD Y ESTEREOTIPOS


Un elemento que afecta considerablemente la manera en la que un grupo mira a otro, es decir que permite la creación de estereotipos, es la publicidad, lo que se intenta inculcar en el pensamiento colectivo a través de los medios. Un ejemplo de esto es la publicidad machista  que intenta convencernos por ejemplo de que los autos son para los hombres (es decir que a todos los hombres le gustan los vehículos y a las mujeres les tienen sin cuidado) y las cremas para el cuerpo son para las mujeres (es decir que a todas las mujeres les interesa muchísimo su aspecto físico y a los hombres no les preocupa el suyo).



Principales estereotipos en publicidad


1.- BELLEZA

Uno de los valores más explotados por los creativos publicitarios es el de la belleza. Se recurre a imágenes bellas y a modelos atractivos para atraer la atención del público y así proyectar una imagen de belleza en aquellos que adquieran el producto o el servicio en cuestión.
Los ejemplos más claros de este tipo de publicidad los encontramos en anuncios de tratamientos de belleza y clínicas de cirugía estética.
Lo que se pretende es reflejar la imagen de belleza a los públicos, haciéndoles creer que si usan esos productos o servicios, su físico mejorará y todo en la vida les irá mejor. El problema es que últimamente algunos sectores feministas se oponen a este tipo de publicidad en el que, se supone, que sólo se ve a la mujer como un objeto y que se aleja de la realidad y de la mayoría de las mujeres. Pero lo cierto es que el subconsciente es muy poderoso y todo el mundo quiere ser atractivo.



2.-SALUD E HIGIENE

Actualmente se está recurriendo mucho al culto al cuerpo y a la salud para publicitar productos. Es verdad que la salud es importante, pero hemos llegado a un punto en el que ya no sabemos qué nos quieren vender. Muchos productos dietéticos promocionan este valor, así como los aparatos de gimnasia.
En este tipo de anuncios se ofrecen los productos y servicios como algo beneficioso para la salud. En ocasiones es cierto, pero en otras convierten un aspecto estético en problemas de salud. La obesidad es una enfermedad pero la celulitis no.
De todas formas los publicitas se aprovechan de la especial preocupación que existe en temas de salud para vender los productos.

SEXO

Es, sin duda, al valor que más se recurre, ya sea de forma directa o indirecta. A todo el mundo le gusta el sexo (es un instinto) y este valor vende mucho. Es más, se utiliza para publicitar productos que no tienen nada que ver con el sexo, pero el sexo es un estimulo que el receptor recoge rápidamente y de forma positiva.
En algunos productos, como los preservativos, este tipo de publicad puede estar justificada, incluso resultar graciosa. El problema está en otros tipos de productos donde las denuncias y las quejas no se hacen esperar.

3·- LA MUJER Y EL HOMBRE EN LA PUBLICIDAD.

Es indudable que hoy en día la mujer y el hombre se llegan a desvirtuar en la publicidad. Sólo vemos la imagen del éxito. En la mayoría de los anuncios vemos a mujeres bonitas y a hombres ejecutivos y con éxito social, pero en la vida real la diversidad social es mucho más amplia y la mayoría de los públicos no corresponden con este perfil. Aun así, la publicidad proyecta la idea de hombres y mujeres atractivos y con éxito social. Las asociaciones feministas en seguida ponen el grito en el cielo cuando ven degradada la imagen de la mujer en algún anuncio, como en el caso de Dolce&Galbana. Pero no solo se degrada a la mujer en la publicidad, el hombre también se ha visto degradado y vejado en anuncios, lo que pasa es que nosotros no nos quejamos y hasta nos podemos reír con esos anuncios.


· OTROS ESTEREOTIPOS.
Existen estereotipos sociales. La publicidad genera la falsa idea de que todo en la vida es felicidad y que todo el mundo tiene éxito en todos los aspectos de su vida y que todo es maravilloso. La publicidad huye de los problemas y de las cuestiones más tediosas y difíciles de la vida. Estas imágenes sociales que proyectan los anuncios, dejan al público como tonto y les invita a subirse al carro del éxito. Es decir, la publicidad pretende decirnos cómo es la vida y qué papel tenemos que desempeñar en ella. Nos marca pautas de vida y costumbres que a veces nacen de necesidad falsas, generadas por la propia publicidad.




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